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martes, 23 de diciembre de 2014

Refutando mitos republicanos sobre la monarquía ---Mad Monarchist




Refutando mitos republicanos sobre la monarquía

Autor: Mad Monarchist

Original en inglés: Rebutting Republican Myths



¡Las monarquías son no democráticas!

Falso. En realidad, la mayoría de las monarquías en el mundo de hoy son más democráticas que la mayoría de las repúblicas actuales. Además, de todos modos, en la mayoría de las repúblicas (incluso los Estados Unidos) el Presidente no es elegido directamente por el pueblo. Y, como sea, ser democrático no es necesariamente una cosa buena. Líderes benévolos y dictadores sanguinarios han llegado al poder a través de la democracia.


¡Las monarquías son muy caras!

No, no por un largo tiempo. Algunos monarcas (por ejemplo, el Príncipe de Liechtenstein) no le cuestan nada en absoluto a la gente. En el Reino Unido, el dinero que la Reina otorga al gobierno por los activos de la Corona (los Crown Estates) es mucho más que lo que ella recibe de la Civil List, por lo que Gran Bretaña gana dinero gracias a la monarquía. A menudo las repúblicas gastan más en sus presidentes, ex presidentes y primeras familias, que lo que gastan las monarquías en sus casas reales. Muchos países (como Australia, Jamaica o Canadá) comparten un monarca y no pagan nada, y se evitan el inmenso gasto de las elecciones y las campañas políticas.


Simplemente,¡la monarquía hereditaria no es justa!

¿Por qué no? ¿Hay algún sistema absolutamente justo para designar al líder nacional? No parece muy justo que una persona obtenga el máximo cargo sólo porque es más popular. El criterio debiera ser qué tan calificada está esa persona, y no si es buena para los discursos, o es más fotogénica, o más dispuesta a la corrupción y el engaño. En una monarquía el cargo más alto corresponde a alguien entrenado desde su nacimiento para cumplir esa función. En una república, incluso en las mejores circunstancias, al presidente electo le tomará la mitad de su tiempo el aprender a hacer su trabajo, y la otra mitad en hacer campaña para conservarlo; no parece un gran modelo de eficiencia. La sucesión hereditaria parece mucho más "justa" que otorgar el poder a aquél capaz de estafar dinero suficiente y prometer bastantes favores a los poderosos a cambio de llegar a la oficina más importante del país.


¡Las monarquías son peligrosas! ¿Qué tal si el monarca es incompetente?

Lo mismo podría preguntarse de los líderes republicanos. Sin embargo, tenga la seguridad de que los monarcas que no son capaces de cumplir sus deberes pueden ser reemplazados, y así ha pasado a lo largo de la historia. Considere dos de las monarquías más antiguas y estables; en Gran Bretaña, cuando el rey Jorge III quedó incapacitado, el Príncipe de Gales fue hecho regente y ejerció sus funciones por él. De igual modo, en Japón, cuando el emperador Taisho ya no fue capaz de cumplir con sus deberes, el príncipe heredero se hizo cargo como regente. Por otra parte, incluso en la república de mayor éxito en el mundo, Estados Unidos, sólo dos presidentes han sido sometidos a juicio político, pero ninguno fue echado del puesto.


¡La monarquía es un retroceso arcaico! Sencillamente, ¡su tiempo ya pasó!

Es verdad que la monarquía es una institución antigua y que se desarrolló en forma natural desde los albores del tiempo y el crecimiento de las civilizaciones humanas. Pero la democracia y el republicanismo son también arcaicos. Las ciudades-estado griegas de la antigüedad utilizaron la democracia directa y descubrieron sus limitaciones, y además persistía sólo porque la gente descubrió que podía votar sobre la propiedad de otros. Los antiguos romanos intentaron con el republicanismo a gran escala, y descubrieron que causaba demasiadas divisiones, facciones y guerras civiles, por lo que decidieron que una monarquía era preferible. La república más antigua que existe en el mundo actual fue fundada en 301 d.C. Su tiempo ¿ya pasó?


¿Qué hay de los monarcas crueles, como Nerón o Atila el Huno? ¿Qué beneficio obtendremos si corremos el riesgo por líderes como ésos?

En realidad, mucha más gente fue descuartizada o masacrada en guerras por aquéllos en el poder desde el inicio del período revolucionario que en toda la historia anterior. Nerón o Atila fueron personas malévolas, pero ni de cerca tan malvados como monstruos republicanas del tipo de Stalin, Hitler, Mao o Pol Pot. Fue sólo en la era post-revolucionaria, la era de la política de masas y las ideologías políticas, cuando los gobiernos asesinaron a su propia gente en grandes cantidades. Nerón fue cruel con su propia familia, y luego persiguió a la pequeña minoría de cristianos, y Atila, tan despiadado con sus enemigos, hasta donde sabemos gobernaba con justicia a su propio pueblo. Ningún monarca aniquiló a tantas personas de su propio pueblo como los dictadores comunistas del siglo 20, y todo en nombre de "el pueblo" y "la justicia".


Los reyes son intocables. No tienen idea de cómo vive la gente normal.

Algunas personas creen esto, pero simplemente no es la verdad. La reina Isabel II era mecánica y conductora de camiones durante la Segunda Guerra Mundial; el Rey de Tailandia era un reconocido músico y compositor de jazz; la reina Margarita II de Dinamarca ha pintado ilustraciones para varios libros, incluyendo la edición danesa de "El Señor de los Anillos" . El emperador de Japón cultivaba su propio arroz; el Rey de Camboya era un instructor de baile prácticamente desconocido antes de llegar al trono, y muchos herederos suyos toman empleos ordinarios, a menudo en lugares oscuros donde son desconocidos, después de terminar la escuela. A pesar de lo que la gente piensa, la vida de los reyes no es sólo champán y caviar. Compare esto con muchos presidentes que nunca en su vida han trabajado fuera del sector público, o nunca hicieron servicio militar (a diferencia de la mayoría de los miembros de la realeza), o no conocen otra vida fuera de hacer discursos y emitir votos.


En el mejor de los casos, los reyes son innecesarios. Un presidente podría hacerlo igual de bien.

Falso. Algunas repúblicas tienen presidentes ceremoniales que se suponen apolíticos. Pero invariablemente tienen un trasfondo político y están en deuda con el partido que los nombra. Un monarca, por otra parte, está por encima de todas las divisiones políticas y tiene una conexión de sangre con la historia del país, sus tradiciones y sus creencias más profundas. Ningún político puede representar a un pueblo igual que un monarca cuya historia familiar ha sido la historia del propio país.


Las monarquías deben ser malas, ¡o de lo contrario habría más de ellas!

Ese argumento sólo podría comenzar a tener sentido si la mayoría de las monarquías hubieran caído a causa de una decisión consciente de todo el pueblo. Pero, ciertamente, no ha sido así. La mayoría de las monarquías cayeron o por la fuerza bruta ejercida por una minoría poderosa muy motivada, o porque su país fue derrotado en la guerra y el estado colapsó. Pero ¿qué tal si miramos cómo vive la gente? The Organization for Economic Cooperation and Development publica anualmente una lista de los mejores países para vivir, considerando diversos factores, e invariablemente las monarquías superan con mucho a las repúblicas. El año pasado, 2012, es un caso típico, donde 8 de los 10 mejores países para vivir son monarquías; las únicas repúblicas que aparecen en dicha lista son Estados Unidos y Suiza. Si las repúblicas son tan buenas, ¿su gente no tendría que estar viviendo mejor que la gente de las monarquías?


Los reyes están aparte; no pueden representar a la gente común.

Al contrario, ésa es precisamente la razón por lo que los monarcas pueden representar a todo mundo de una manera que ningún político jamás podría. El presidente Hollande de Francia es un socialista agnóstico; ¿cómo, pues, puede realmente representar a aquellos franceses que son católicos o capitalistas? El presidente Napolitano de Italia fue comunista por mucho tiempo, lo cual, ciertamente, no es representativo de la mayoría de los italianos. El presidente Obama de EE.UU., un liberal de Hawai, no puede tener mucho en común con un conservador de Carolina del Sur. Sin embargo, un monarca, precisamente porque está aparte y no pertenece a ningún grupo particular, puede representar a todo el mundo.



Las repúblicas traen progreso; las monarquías, opresión.

Los hechos históricos dicen lo contrario. Una y otra vez la historia ha demostrado que el fin de la monarquía trae para el país cosas peores, no mejores. En Francia dio lugar al "Reino del Terror", con decenas de miles de guillotinados. En Rusia, la pérdida de la monarquía permitió a los bolcheviques tomar el poder, y de ahí provino la Unión Soviética, que extendió la opresión por todo el mundo y asesinó a millones de personas. En China, el resultado fue un período caótico regido por señores de la guerra, seguido por la guerra civil más sangrienta en la historia del hombre, y luego por una dictadura comunista que cobró la vida de 60 millones de personas. El fin de la monarquía en Alemania y Austria se tradujo en repúblicas divididas que permitieron que Adolf Hitler llegara al poder, devastara el continente y masacrara a 9 millones de personas. La caída del Sha de Irán permitió que una teocracia radical tomara el poder, y que haya propagado el terrorismo en todo el mundo mientras oprime brutalmente a su propio pueblo. Son sólo algunos ejemplos que se podrían citar, y los hechos son indiscutibles.
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Tr WmGilleMoire

3 comentarios:

  1. Se ve interesante, más tarde lo voy a leer.

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  2. He vuelto a leer este artículo y me ha hecho gracia ver mis comentarios en el 2014 ya por navidad! con tu permiso lo compartiré en Mises Hispano (Y)

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